sábado, 28 de mayo de 2011

KAMIKAZES!

El término kamikaze define los ataques suicidas llevados a cabo mayormente por aviadores japoneses integrados en el Grupo Especial de Ataque Shinpu, quienes, a bordo de aviones Zero cargados con bombas de 250 Kg., pretendían infligir el mayor daño posible a los barcos de la flota de los EE.UU. estando ya próximo el fin de la II Guerra Mundial.


Aunque los japoneses prefieren hacer uso de la palabra tokkotai, kamikaze significa "viento divino", en referencia a un tifón que dispersó fortuitamente una flota mongola que intentó arribar al oeste del país nipón el año 1281 con el fin de invadirlo.


Se puede dar por hecho que los primeros ataques suicidas comenzaron de forma espontánea durante el ataque a Pearl Harbour, cuando pilotos cuyos aviones habían sido alcanzados por el fuego enemigo, preferían estrellarse contra las instalaciones que allí tenía enclavadas el ejército estadounidense antes que intentar retornar a su base con un sólo objetivo: morir con honor.


Este proceder, que para la civilización occidental puede resultar extraño, no lo es tanto para un japonés. El honor siempre ha sido un aspecto fundamental en la vida de la sociedad nipona; desde la época feudal, todo guerrero debía acatar el Bushido, un estricto código de honor que exigía lealtad y honor hasta la muerte.


Precisamente, esa manera de pensar fue aprovechada por ciertos mandos militares nipones. Aunque la nación estaba regida por Hirohito, el Emperador Showa, la influencia del poder militar sobre el gobierno era cada vez mayor, y visto que la guerra tomaba cada vez peor cariz, desde 1942 comenzaron a oirse diferentes voces dentro del ejército japonés que señalaban el uso de tácticas suicidas para darle la vuelta de nuevo a la situacion.
Contra estas voces se alzó la del contraalmirante Tadao Yokoi, quien, haciendo un simple llamamiento a la lógica, señalaba que:

•Era sumamente costoso fabricar un avión y adiestrar a su piloto para una única acción.

•Los aviones, por sí solos, no podrían dañar gravemente a un portaaviones. La mayor efectividad se conseguiría, únicamente, estrellándolo contra la pista de aterrizaje cuando ésta estuviera repleta de aviones enemigos.

•Los resultados serían difíciles de evaluar, ya que el protagonista resultaría muerto en la acción.

Pero, como suele ocurrir en estos casos, su opinión fue desoída, y se encargó al almirante Takijiro Onishi la formación del primer Shinpu Tokubetsu Kogekitai. Compuesto únicamente por voluntarios, Onishi era consciente de que la táctica no era eficiente, pero sí "la mejor y más hermosa forma de morir para un piloto".



Los voluntarios se reclutaban a través de llamamientos hechos a todos los pilotos del ejército nipón y a los cadetes con formación universitaria. Su edad oscilaba entre los 17 y los 25 años de media, aunque ésta fue descenciendo según el final de la guerra se aproximaba, y normalmente eran los hijos más pequeños de cada casa los seleccionados, ya que los mayores debían continuar a la cabeza de los negocios familiares. Aunque pueda resultar chocante, hubo tal avalancha de solicitudes que los mandos tuvieron que decidir que aquellos que obtuvieran mejores notas, serían los primeros en partir.



El entrenamiento de los tokkotai duraba siete días: los dos primeros se dedicaban a aprender las técnicas de despegue, los dos siguientes al vuelo en formación, y los tres últimos a la aproximación al objetivo y al ataque final.
Los ataques solían seguir dos tácticas: ataque a gran altura y ataque a baja altura, cada uno con sus ventajas e inconvenientes.
Antes de la partida hacia su misión final, a cada piloto se le hacía entrega de una bandera de Japón o la bandera del sol naciente, ambas con textos espirituales, y una pistola o una katana. También podían ponerse en la frente una senninbari, o "cinta de mil puntadas", cada una de ellas dada por una mujer distinta. A continuación se les ofrecía una taza de té o sake al tiempo que se les daban palabras de reconocimiento sobre su misión, y ya, por último, subían a sus aviones sin llevar paracaídas, ya que no les sería necesario.

El primer ataque suicida se efectuó el 25 de octubre de 1944 por una escuadrilla comandada por el capitán Yukio Seki, durante la batalla del golfo de Leyte, y su primer objetivo, el portaaviones escolta USS St. Lo. El 15 de agosto de 1945, coincidiendo con la fecha del armisticio, tuvo lugar el último de ellos, cuando el almirante de la Quinta Flota Matome Ugaki ordenó a once bombarderos lanzarse contra la flota enemiga. Cuatro no pudieron despegar.



El mismo día, Onishi se suicidó haciéndose el seppuku -el suicidio ritual por desentrañamiento- dejando constancia escrita de su reconocimiento hacia los tokkotai y a sus familias.


Las pérdidas humanas registradas en el bando japonés durante la guerra, tanto de soldados como de civiles, se contabilizan en cerca de 110.000 personas, de los cuales más de 2.400 fueron pilotos suicidas. La Flota estadounidense perdió 49 barcos y sufrió 7.900 bajas, la mayoría de ellas debidas a ataques tokkotai.



Fuente:Aquí estuve Ayer...

jueves, 26 de mayo de 2011

Mi vida con Steve Mc Queen

Quedé obsesionada con Steve Mc Queen desde el momento en que entró en mi vida,y jamás me fue posible modificar ese sentimiento.
Él también quedó bastante prendado de mí,aunque físicamente yo no fuera la mujer de sus sueños.Siempre me sentí insegura por lo mucho que lo atraían las modelos rubias y el tipo de mujer de Playboy que se le acercaban de a cientos.(En la oración fúnebre por Steve,su primera esposa dijo con tono sarcástico: "A Steve le gustaba acostarse con rubias...pero se casó con morochas ").
Cuando filmamos The Getaway,Steve y yo iniciamos nuestra relación enseguida.Tengo la sensación de que él habría preferido que no pasara de una aventura. Los días en que estaba enojado conmigo,solía elegir flagrantemente a una de las muchas putitas que siempre estaban dando vueltas por el set rogando a Dios que Steve Mc Queen se fijara en ellas.
Una noche fuimos a una pequeña fiesta local.Después de haber bebido mucho,él comenzó a cortejar a dos bellezas en mi propia cara.Palidecí y me fui.Más tarde,Steve volvió,y alcancé a oírlo en el departamento de al lado con las dos chicas.Fue un tormento.
A la mañana se asomó y me preguntó si quería ir a su departamento a prepararle el desayuno.Lo peor es que fui y cociné para él.




Le gustaba llamarme su "Vieja",una palabra que preferiría no volver a oír en mi vida.Todavía hoy evoca en mí la imagen de una mujer medio chiflada sobre una Harley-Davidson,cerca del granero,con pollos y latas de cerveza por todas partes.
Con Steve aprendí muy pronto las reglas del juego."Querida,estás bárbara con unos jeans y una remera"."Tienes un trasero maravilloso,pero mas vale que te pongas a hacer gimnasia ya mismo,porque no quiero despertarme una mañana al lado de una mujer con el traste de un soldado japonés de 70 años".
Steve detestaba el maquillaje y las uñas largas.La cena debía estar en la mesa a las 6 en punto.

Cuando Steve filmó Papillon en Jamaica,descubrió la cerveza Red Stripe y el ganja,y cuando no estaba trabajando se relajaba en serio.Aumentó de peso,y los encargados de vestuario tuvieron que ir dándole pijamas de preso blancos y negros cada vez más grandes para que pudiera parecer esquelético y que la ropa le bailara.Todo mientras el pobre Dustin Hoffman subsistía comiendo medio coco por día para darle credibilidad a su personaje.
Henri Charriere,el auténtico Papillon,cayó de visita en el set.Era un personaje encantador,pero con un ego del tamaño de una casa.Su famoso tatuaje resultaba visible para todos,y con la edad y la carne no tan firme,no era ya la majestuosa mariposa monarca azul sino una polilla temblorosa color lavanda.El solo hecho de verla curó para siempre mi deseo de tener un tatuaje.

Una vez,en nuestro largo viaje hacia el Norte,con Steve nos detuvimos en una tienda de artículos militares para buscar cosas viejas;era nuestro pasatiempo preferido.Steve descubrió unas raciones viejas del ejército de la Segunda Guerra,y en uno de nuestros paseos por Big Sur,las sacó del bolso."Aquí tienes,chiquita.Prueba éstas.Son realmente buenas,y están llenas de vitaminas".(Y yo que me preguntaba por qué no le interesaba la comida gourmet).
Cierto fin de semana en nuestro departamento de Ventana,Steve me dijo que algunos de sus compañeros Hell Angel's planeaban una recorrida por Big Sur.Se fue con ellos.Volvió encantado."Lo pasé fantástico con los chicos.Debería haber venido.Cada vez que uno de nosotros quería otro café o más cerveza,una de sus viejas se levantaba y nos servía.Vendrán a casa esta noche."
Esa noche fue una de las cenas más extrañas de mi vida.Además de los Hell Angel's (que resultaron ser hombres muy agradables),estaban el director Joel Schumacher,el productor Howard Rosenman,y Diane Von Fustenberg.Todos bebimos mucho vino tinto y después nos tiramos a la piscina.
Más tarde esa noche,descubrí que faltaba mi traje de baño del vestuario de damas.Siempre pensé que se lo había llevado una de las Viejas de los Angels.Por cierto sé que yo le gusté muchísimo!!


Ali Mac Graw,"Moving Pictures",memorias