(foto:Robert Capa)
Son muchos los motivos por los que la historia de Gerda Taro merece la pena ser contada. Por su huida de la Alemania nazi cuando era poco más que una adolescente. Por su romance con Robert Capa de quien aprendió a amar la fotografía. Por sus excelentes reportajes como corresponsal en la guerra civil española.
Pero sobre todo, Gerda Taro, merece ser recordada por ostentar el triste honor de ser la primera mujer corresponsal de guerra que fallece mientras cubre un conflicto. Y además, todo esto que les cuento, con tan sólo 27 años.
Su verdadero nombre nombre era Gerta Pohorylley y nació en Alemania en 1910. De padres judíos y muy activa con los movimientos socialistas obreros a pesar de su juventud y su origen burgués, sufrió una detención cuando los nazis llegaron al poder. Decidió escapar a Francia donde conoció a Andre Friedman un fotógrafo húngaro con quien trató de ganarse la vida con sus reportajes fotográficos.
Ante lo escaso de su éxito tuvieron una idea. Se inventaron a un exitoso reportero americano que andaba por Europa haciendo reportajes, siendo ellos sus representantes en exclusiva. El misterioso fotógrafo se llamaba Robert Capa.
Sus encargos crecieron espectacularmente y fue también cuando Gerta Pohorylley desapareció para convertirse en Gerda Taro, el socio de Robert Capa.
(foto:Robert Capa)
En 1936 estalla la Guerra Civil en España y se le encarga a la pareja Capa & Taro que cubran el conflicto. En un principio ambos usaban indistintamente la marca “Capa” por lo que en esta etapa resulta difícil diferenciar que fotos son de Robert Capa y cuales de Gerda Taro.
Milicianas. (Fotos: Gerda Taro)
Más tarde se distanciaron y Taro hizo varios reportajes en solitario, siendo el más importante el de la Batalla de Brunete.
Gerda Taro en el frente (Foto: Robert Capa)
Estuvo en primera línea de fuego durante el enfrentamiento y fue testigo directo de una de las batallas más descarnadas y cruentas de la guerra civil española.
(Fotos: Gerda Taro)
Al acabar la contienda dijo:
“Cuando piensas en toda esa gente que conocimos y ha muerto en esa ofensiva, tienes el sentimiento de que estar vivo es algo desleal”
Gerda Taro murió a los pocos días en un estúpido accidente.
Se retiraba del frente con las tropas republicanas y ella iba de pié en el estribo de un coche. El vuelo rasante de unos aviones enemigos provocó que la columna se dispersará y en un bote del vehículo Gerda cayó al suelo. Un tanque que estaba maniobrando marcha atrás para meterse en un camino no la vio y Gerda fue literalmente destripada.
Dibujo que ilustraba la noticia del accidente de Gerda.
Fue trasladada a un hospital de El Escorial aún con vida pero falleció a las pocas horas. Era la madrugada del 26 de Julio de 1937, seis días antes de que cumpliera los 27 años. Su cuerpo fue trasladado a París y enterrada con honores de héroe.
Gerda dormida,(foto Robert Capa)
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