jueves, 8 de julio de 2010

Jemmy Button

En 1825, una nave llamada HMS Beagle había salido en misión de exploración hacia la Tierra del Fuego.La nave regresó a Inglaterra al mando del capitán Robert FitzRoy en 1830, junto con tres nativos (un cuarto murió en la travesía). Estos nativos recibieron los nombres de Jemmy Button, Minster York y Fuegia Basket (esta última era una chica), y pertenecían a la etnia de los yaganes, hoy en día extinta, al menos en estado de puridad. El nombre de Jemmy Button le venía porque a FitzRoy le había costado apenas la bagatela de un botón de nácar el comprarlo. FitzRoy llegó alardeando de que traía a sus salvajes en calidad de esclavos, para enseñarles a ser personas civilizadas y cristianas como Dios manda.
De inmediato, en las altas esferas políticas se decidió que Jemmy Button, así como sus tres compañeros, que legalmente ya no eran esclavos, fueran devueltos a Tierra del Fuego, desde donde habían sido sacados contra su voluntad. FitzRoy recibió las nuevas con fastidio, en particular cuando recibió órdenes de que no debería disparar a los nativos bajo ninguna circunstancia, aunque ellos, ofendidos por el secuestro de sus compatriotas, intentaran vengarse de los ingleses... Pero se serenó un poco cuando además se le informó que debería llevar a cabo algunas acciones políticas en el sur, muy cerca de su lugar de destino (reclamar para Inglaterra las Islas Malvinas, por ejemplo, todo en Historia se conecta).
¿Y Jemmy Button? Aunque nativo salvaje por los cuatro costados, no le había sido difícil asimilar los modales y refinamientos propios de la civilización británica, quizás no tanto como un lord inglés de pura cepa, pero sí con certeza de mejor manera que los propios de los rudos marineros en sus tabernas y bajos fondos londinenses. La esforzada entrega de un reverendo de apellido Matthews había tenido mucho que ver en ello. La gente lo miraba con curiosidad, casi como fenómeno de feria, al salvaje caníbal que estaba aprendiendo de manera tan acelerada cómo comportarse en civilización. Debe recordarse que en esa época se consideraba que las diferencias entre distintas culturas no solían considerarse como un problema de aprendizaje o de sociedad, sino racial y biológico: las culturas inferiores lo eran porque sus miembros pertenecían también a razas inferiores. Ver a Jemmy Button vestido de etiqueta y cenando era para ellos casi como ver a un chimpancé amaestrado haciendo lo propio en algún programa de televisión .
Los tres yaganes fueron llevados de regreso a Tierra del Fuego. Allí, una horda de salvajes desprovistos de cualquier rasgo de civilización, recibieron a los retornados. Al principio, habiendo los tres viajeros patagones permanecido demasiado tiempo en el ámbito civilizado, la idea de abandonar sus ropas y volver a sus hábitos antiguos, canibalismo incluido, se les antojó insufrible. York Minster fue el primero que se adaptó, seguido por Fuegia Basket, y no sólo abandonaron del todo las costumbres británicas como si nunca hubieran salido de su tierra nativa, sino que además estuvieron en posición de aprovechar algunos truquillos aprendidos durante la vida en sociedad, para enseñorearse sobre su propia tribu. Para horror del Reverendo Matthews, York y Fuegia regresaron al nudismo y a la antropofagia como si nada. Jemmy Button, por el contrario, las pasó muy mal. Un día en que salió, vestido y con modales, a dar una vuelta fuera del poblado, York Minster se le arrojó encima, le dio una paliza, y le robó toda la ropa y pertenencias. Jemmy, desesperado, se refugió con el reverendo Matthews, tachando de bribones e ignorantes a sus compatriotas, y pidiendo llorando que le dejaran regresar al Beagle, y eventualmente a Inglaterra. La ironía suprema es que el Gobierno británico había dado órdenes precisas de dejarle en tierra, para no contrariar los supuestos deseos de Jemmy Button secuestrado contra su voluntad, y ahora que el pobre quería devolverse a la civilización, el capitán FitzRoy en cumplimiento de sus órdenes tajantes debía dejarle en tierra firme, como finalmente sucedió... En cuanto al Reverendo Matthews, que se suponía debía quedarse en Tierra del Fuego para evangelizar y civilizar a los nativos, al ver esto perdió toda esperanza y acabó reembarcándose en el Beagle, considerando su "misión civilizadora" como algo imposible.

Esto ocurrió en 1831. En 1834, la expedición volvió a toparse con Jemmy Button. Para sorpresa de todos, ya no quería regresar a Inglaterra, porque tenía una chica, a la que presentó como "Jemmy Button's wife". Y andaba cubierto sólo por un taparrabos. De York Minster no se supo más, y de Fuegia Basket sólo se supo que unos cazadores de focas se toparon, en 1842, con una chica yagana que hablaba algo de inglés y que se subió alegremente al barco, para su desgracia, porque los rudos marineros acabaron usándola de juguete sexual, por decirlo suavemente, hasta que acabaron matándola.

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