lunes, 6 de diciembre de 2010

6 de diciembre de 2010

Ayer,a los 84 años,murió el Tío Lorenzo.Nunca es fácil tener que despedirse de alguien que formó parte de toda tu infancia.Pero hoy,en el velatorio,entre las miles de cosas que a uno se le vienen a la cabeza en circunstancias como ésta,pensé que al final,una ventaja tuvo ser hija de un matrimonio ya mayor.Y es haber podido conocer a gente que es"de otra época".Gente que vivió los momentos más importantes de la historia de nuestro país,que vivió una época en la que muchas cosas parecían más fáciles.Como mi tío Lorenzo.El vivió la infancia en la isla,cuando la isla era mucho más salvaje y dura que ahora.Vivió la adolescencia y la adultez n la época dorada del tango,y vivió después su resurgimiento en los años '60.El Tío Lorenzo iba a los cabarets del Canal de San Fernando con los amigotes los fines de semana.Iba a la cancha de Tigre cuando Tigre goleaba a River Plate y a Boca (y en esa época a River le decían "La Máquina").Los hombres iban de sombrero a la cancha,en ese tiempo.El Tío vio a Sandro,con Los de Fuego,cuando Sandro era un post adolescente flaquito que cantaba temas de Elvis.En el mismo club de barrio donde vio a Sandro,siguió reuniendose con sus amigos una vez por semana a jugar a las cartas.
Era una reliquia viviente,mi tío.De otra época.Con su dije de oro en forma de tortuga que me fascinaba cuando era chica,y con su retrato de el mismo cuando hizo el Servicio Militar,jovencísimo,flaquísimo,con su traje blanco de gala,que me hacía pensar en los libros de Sissí Emperatriz que leía por docenas.
Más allá de todo esto,el velorio en sí le hace a uno pensar en miles de cosas.Dejando a un lado lo que piense cada persona sobre la costunbre de reunirse alrededor de un ataúd abierto con la persona querida en él,a charlar,reír y llorar,los velorios son también el lugar de encuentro de las familias que no pueden verse tan seguido como quisieran.
Y uno ve ahí,en tan caótica mezcla,a todos los familiares que quiere aunque casi nunca sepa de ellos.
El hermano menor de mi madre,que después de casi 25 años le habló a mi tía .
Los conocidos del barrio,compitiendo a ver quién está más envejecido ("scashato",es el término lunfardo que usan por lo general).
El amigo de la familia de años,con su esposa,a la que conoció en un hotel alojamiento(por horas),él de cliente con otra señorita,y ella de camarera.
El ex jugador de Tigre en los años '50,dueño del almacén donde mi tío se escapaba de la mirada vigilante de mi tía para ir a fumar (y pobre tío,lo hubiéramos dejado fumar nomás,si a él lo hacía feliz...)
Mis dos primos,altos y ya panzones como su padre,y como su padre con esa voz característica y esa forma de decir "Buenaaas.." cuando entran a una casa,que me hace sentir,todavía hoy,protegida y en mi hogar.
Y vecinos que son de la familia también,porque en esos tiempos todavía se forjaban esos lazos "para siempre" con gente con la que solo te une el hecho de vivir en la casa de al lado.
Si.Haber nacido de un matrimonio ya mayor tiene muchas desventajas,pero entre las ventajas está esta,de darte cuenta de ciertas cosas y saber  apreciarlas.

El Tío Lorenzo y la Tía Elisa en su casamiento,diciembre de 1956.

2 comentarios:

  1. Lo siento muchísimo, Fanny. Yo también me crié en una familia bastante mayor y conocí a muchos supervivientes de la guerra civil española y la segunda guerra mundial (mi padre que estuvo en un campo de concentración, mi tío abuelo...) Es triste, es como si desapareciera con ellos un libro entero. Un abrazo. Borgo.

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  2. Muchas gracias,Miquel.Y sí,es justo lo que quería expresar.
    Un abrazo

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