Hay una vida invisible,subterránea como un venero,por debajo de esta vida que creemos única e invulnerable...
miércoles, 22 de septiembre de 2010
Luis Piedrabuena
Siempre me llamó la atención este personaje de la historia argentina.Primero,porque compartimos apellido.Despues,porque ninguna maestra sabía decirme exactamente qué habia hecho.Como dice su biografo Arnoldo Canclini,al mencionar su nombre,todos dicen"ahh,sii,Piedrabuena",pero nadie sabía contestarme a la pregunta:"quién fue Luis Piedrabuena?"
Finalmente me metí a investigar al Museo Naval de Tigre,donde gracias a la complicidad del alferez de guardia pude conversar con los bibliotecarios del museo,ambos historiadores,que me orientaron en la busqueda.Tambien sembraron en mi,una adolescente es ese tiempo,la semilla de la investigacion historica.
Nació en Carmen de Patagones el 23 de agosto de 1833.
Su entusiasmo por la navegación fue advertido, cuando solamente tenía nueve años de edad, por el capitán E. Lennon quien lo embarcó como grumete. En 1847, el capitán William H. Smiley, veterano lobero norteamericano lo toma en su barco y Piedrabuena se inicia en un verdadero aprendizaje marino. Durante años navega el litoral atlántico, conoce las principales islas y recorre la península antártica, interviniendo en la captura de lobos y ballenas.
El capitán Smiley advierte las singulares dotes de Piedrabuena y patrocina su capacitación, enviándolo a formarse a una escuela náutica de Nueva York. Regresa a los tres años con diploma de piloto y conocimientos generales de mecánica y carpintería náuticas. Luego de navegar un período con el lobero norteamericano se independiza y se desplaza en su propia embarcación a la vez que amplía sus actividades, instalando un almacén de ramos generales en una pequeña isla próxima a la desembocadura del río Santa Cruz.
Fitz Roy la llamó “Islet Reach”. y Piedrabuena la rebautizó Pavón, en recuerdo de la batalla que libró Bartolomé Mitre. En sucesivos viajes fue acopiando materiales para construir una vivienda con varias dependencias y un galpón. Sus clientes serían los indios y eventuales viajeros a quienes vendería alimentos y algunos “vicios” recibiendo a cambio plumas, cueros y quillangos. Como él continuaría navegando deja el negocio al cuidado de sus dependientes. Piedrabuena era ya un avezado conocedor de los mares australes y de sus costas y percibe con alarma la penetración chilena sobre regiones que conceptuaba de exclusiva soberanía argentina.
Sus advertencias al gobierno nacional, en principio, no fueron tomadas en cuenta. En 1864 la Marina de Guerra lo nombré capitán honorario, sin percibir sueldo alguno porque no quería abandonar sus actividades particulares. A su cargo, con instrucciones expresas, envía al marino inglés G. H. Gardener a explorar el río Santa Cruz, bordeándolo a caballo acompañado por dos peones en una travesía que demandó treinta y tres días. Gardener llega al lago donde nace el río, releva el área y presenta su informe a Piedrabuena que, a su vez, lo despacha al ministerio de Relaciones Exteriores.
En 1869 instala otro almacén de ramos generales en Punta Arenas, Chile y seguidamente, con materiales que le cede el gobierno de Buenos Aires construye refugios para náufragos en la isla de los Estados y en San Gregorio, en el estrecho, pero debe retirar este último por exigencia de los chilenos.
En Punta Arenas sus movimientos son observados porque se lo considera un agente del gobierno argentino pero su prestigio como marino impide cualquier arbitrariedad. Además, sus servicios siempre son requeridos para acciones de salvatajes, siendo meritorias sus intervenciones ya que rescato varias naves y puso a salvo a más de doscientas personas, lo que le valio innumerables agradecimientos y simbolicos presentes, entre otros, de la reina de Inglaterra que le obsequio binoculares, o del emperador alemán que le envio un anteojo telescopio.
Sin embargo, las intrigas urdidas por el gobernador de Punta Arenas para desacreditarlo provocaron situaciones ingratas y Félix Frías, embajador argentino en Chile, se hace eco irreflexivamente de los infundíos y sin información fehaciente informa a Buenos Aires que Piedrabuena es económicamente insolvente, que está agobiado por las deudas, que es propietario de una desacreditada taberna y vende a los indios lo que el gobierno argentino le cede para asistirlos, comercializando, además, los materiales que se le enviado para distintas tareas de fomento.
El embajador también objeta la condición de oficial de la Marina de Guerra ostentada por Piedrabuena. Mientras tanto los chilenos establecen una Capitanía en Cañadón Misioneros, sobre la ribera sur del río Santa Cruz, frecuentemente visitada por barcos de guerra. Hay rumores de guerra y el gobierno recurre a Piedrabuena en busca de asesoramientoporque salvo él, no había nadie que supiera algo del sur patagónico y los mares australes.
Es de tal valor la información que suministra Piedrabuena, que el propio embajador Frías tiene que reconocerlo: " su informe ha venido a prestarme un gran servicio. ...Hombres patriotas puros como usted tarde o temprano tienen su recompensa." Las incursiones chilenas incentivan los viajes de reconocimiento a la Patagonia y es Piedrabuena quien asesora y orienta a diversas misiones que integran Carlos María Moyano y el Perito Moreno.
En su goleta Santa Cruz entrena a cadetes y tropa, lo que lo convierte en un instructor de la marina de Guerra. En 1878, por decreto, el presidente Avellaneda lo nombra coronel de la marina de Guerra, pero Piedrabuena sigue navegando por los mares australes sin dejarse atrapar por la burocracia o cargos que se le antojaban cómodos.
Construye en Puerto Cook un refugio para náufragos y pinta, sobre un peñasco situado en el cabo de Hornos: "Aquí termina el dominio de la República Argentina. Año 1863. Capitán Piedra Buena".
En febrero de 1873 Luis Piedrabuena navegaba con el Espora frente a la isla de los Estados y un temporal provoca el naufragio de la nave en la Bahía de las Nutrias. Con lo que puede rescatar de la nave construye un cúter (embarcación de un palo) con la ayuda no muy efectiva de cuatro tripulantes porque otros cuatro estaban enfermos. Con dos sierras y un hacha construyeron en dos meses un bote de doce metros que bautizaron Luisito,como el primogenito recien nacido de Don Luis.
La Isla de los Estados es conocida por su clima extremo,debido a que se encuentra en el punto justo de confluencia de dos oceanos,el Atlantico y el Pacifico.
Dieciséis días más tarde fondean en Punta Arenas.
El matrimonio Piedrabuena,don Luis y Julia Dufour
Careciendo de medios para reemplazar al "Espora", con el "Luisito" continúa la caza de lobos, que fue durante la mayor parte de su vida, su única fuente de ingresos; con el producido de sus cacerías, explotó la industria de la grasa de lobo e intentó la de pingüinos, instalando, para ello, una suerte de caldera en la Isla de los Estados. En una de estas excursiones, salva a la tripulación del "Eagle", que habían quedado varados sobre una roca, cerca de la Iisla de los Estados, durante 15 días, incluyendo a la esposa de su capitán. A los pocos meses, otra vez suspende su pesca para restacar a la tripulación del barco alemán "Doctor Hansen", que había naufragado en octubre de 1874.
Vuelve al mar al mando de la goleta "Santa Cruz", en 1877. Con ella salva a la tripulación de la "Annie Richmond" que se había incendiado en alta mar. El gobierno argentino compra la corbeta "Cabo de Hornos", confiriendo el mando a Piedra Buena, quien lleva como segundo al capitán Martín Rivadavia. La corbeta integra la escuadra del coronel Luis Py que se dirige al estuario del río Santa Cruz, en 1878, para reafirmar la soberanía nacional en la región.
Con la misma "Cabo de Hornos", don Luis realiza el salvataje de la "Pactolus", naufragada, también, en proximidades de la isla de los Estados, en 1882.
Su última tarea fue la de conducir la misión del Instituto Geográfico Argentino dirigida por Giacomo Boye, en una expedición que se prolongó durante ocho meses. Desde su lecho de enfermo y en una extrema pobreza, da instrucciones para la colocación de faros en el estrecho de Le Maire; días después, a los cincuenta y un años, fallece.
A lo largo de su vida salvo a 146 naufragos en diferentes salvatajes;en uno de ellos realizo el rescate en un pequeño bote,en otro,tuvo que construir una balsa,porque ni siquiera un bote podia acercarse a los peñascos.
El diario La Nación comentó: “Es un hecho histórico que a los trabajos del comandante Piedrabuena y a su patriótico anhelo se debe en gran parte la reivindicación de los territorios australes de la República Argentina, sobre los cuales él fue el primero en llamar la atención, pudiendo decirse que por mucho tiempo los defendió solo, con un pequeño buque de su propiedad, con el cual navegaba por los canales magallánicos velando por aquellos y estorbando su ocupación por otros Piedrabuena nunca se enriqueció con sus actividades comerciales, al contrario, pero aun agobiado por sus problemas jamás se negó a efectuar salvatajes o acudir en auxilio de alguien en peligro. Se brindaba al servicio como si fuera su verdadera y definitiva causa."
Los que viajen al extremo sur de la Argentina,pueden visitar ,el la isla Pavon,la casita de Piedrabuena,convertida en museo.´
fuentes//Piedrabuena,su tierra y su tiempo,Arnoldo Canclini;
Piedrabuena,el Caballero del Mar,C.E. Eyroa;
Textos sobre la Patagonia
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Que bueno changa lo que haces, te felicito
ResponderEliminarjajajja,gracias,Changooooo!!!
ResponderEliminarHola Fanny que buen trabajo sobre Luis Piedrabuena. Me gustaria poder copiarlo. Tengo subido dos notas sobre el.
ResponderEliminarSaludos, Eduardo
http://maquinistasnavalesargentina.blogspot.com.ar/2013/08/luis-piedrabuena-su-vida-de-marino.html
Sí, sería un placer! Me podrías pasar los links de tus notas? Gracias!
EliminarGracias x compartir la historia de Piedrabuena. Saludos desde comandante Luis PiedraBuena, Santa Cruz.
EliminarMuy interesante!! Muchas gracias!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, excelente material !!!
ResponderEliminarmuchas gracias!
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