martes, 21 de septiembre de 2010

Subespecies


Una de mis peliculas de vampiros favoritas:
Sinopsis: Radu, primogénito desterrado de una estirpe de vampiros, regresa al hogar paterno para reclamar a su progenitor, el rey Vladislav, lo que en herencia le pertenece, la Piedra Roja, cetro de ilimitado poder, y lo asesina. Mientras, a la región llegan tres becarias norteamericanas que van a estudiar la historia transilvana, y se alojan en una fortaleza cercana al castillo de Vladislav, por donde ronda Radu…
Subspecies (1991), además de ser la primera película norteamericana rodada en Rumania, fue la primera de una saga muy popular, protagonizada por el no muerto Radu Vladislas, quien asesina a su propio padre, el rey Vladislav, y le roba la preciada Piedra Roja; el hermanastro de Radu, Stefan, un vampiro que desea vivir en paz con los humanos y que se enamora de la mortal Michelle Morgan, se habrá de enfrentar a él.
Ted Nicolau, el director , al principio estaba renuente a rodar en Rumania, pero tras estudiar localizaciones se enamoró de los paisajes; aparte del rodaje en Bucarest, se filmó en poblaciones como Hunedoara, Braşov y Sinaia, que otorgaban unas ruinas y áreas boscosas muy adecuadas para ambientar el film.
Radu, ademas de ser un nombre relativamente común en Rumania para los varones, es, imaginamos, una alusión a Radu cel Frumos, también conocido como Radu el Hermoso (ca. 1437/1439–1475), el hermanastro pequeño de Vlad Ţepeş, y príncipe voivoda del principado de Valaquia, siendo ambos hijos de Vlad II Dracul; ambos tuvieron también otros dos hermanos, Mircea II y Vlad Călugărul.


Junto a esos referentes, el personaje de Radu semeja inspirado en el Drácula/Orlock de Nosferatu el vampiro (Nosferatu, eine Symphonie des Grauens, 1922), de F. W. Murnau, en iconografía: posee largos dedos y uñas (más aún que su predecesor) y viste de negro, ofreciendo un rostro pálido y demacrado; ciertos elementos también lo aúnan con la versión realizada por Werner Herzog en 19XX, como son esos dientes de murciélago. De hecho, la alusión a Herzog podría extenderse a la puesta en escena de Nicolau por el uso de figurantes rumanos auténticos y el uso de los decorados naturales.
Pero encontramos más referentes a Nosferatu, como son las apariciones y desapariciones del no muerto, todas ellas vinculadas a su sombra, fundiéndose la criatura en esta, u ofreciendo planos directamente sacados del clásico mudo, como es la sombra de la garra posándose sobre el rostro de la víctima. Todo esto, como vemos, es en el campo iconográfico, a lo cual se puede sumar, en el tramo final con el enfrentamiento definitivo entre ambos bandos, una iconografía que pudiera semejar una mezcla entre el cine de la Hammer y el fantaterror hispano de Paul Naschy.
Pese a la buena ambientación y el simpático guión (lo que para algunos críticos fue un “cúmulo de clichés”, como Mike Bracken del Culture Cartel, para otros supone un retorno a las raíces), la dirección de Nicolau es algo deslavazada y carente de densidad, y los actores ofrecen unas interpretaciones pésimas. Aún con todo, la película ha devenido en un pequeño clásico, y supone un grato referente que no debe ser desdeñado por los amantes de la temática.

fuente//La Abadia de Berzano

4 comentarios:

  1. Tuve una grata sorpresa con esta película pues la carátula recordaba a las típicas producciones para adolescentes pero me gustó, tanto el guión como las alusiones a Nosferatu. Ted Nicolau volvió con los vampiros en "The Vampire Journals" (1996) me decepcionó mucho porque se asemeja demasiado a "Entrevista con un vampiro". Borgo.

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